17.2.06

Tributo a los Beatles


Anoche soñé algo terrible. Ya no quedaba ningún Beatle vivo. No recuerdo como habían muerto Paul y Ringo, pero sé que fue algo muy tonto. Nada de enfermedades trágicas, mucho menos exisitó algún fanático demente que disparara a quemarropa. Murieron y ya. Casi simultaneamente.
Cuando me levanté, inmediatamente imaginé el desastre en Liverpool. Millones de fanáticos llenarían en instantes todas las calles. La gente lloraría desconsolada. Se moriría junto a los Beatles una generación completa. Una forma de ver al mundo. Pensé que ya deberían estar en marcha los preparativos para increibles conciertos simultáneos en todos los continentes. Mick Jagger versionaría A hard day´s night desde Londres, mientras Bono se luciría con Strawberry Fields Forever en Ciudad del Cabo.
Luego de unos instantes, se me ocurrió prender la G4 para buscar noticias sobre el suceso en google. No quería perderme nada.
En ese momento pensé lo genial que sería estar en Liverpool. “Lástima que soy un pelabola”, pensé.

Cuando comencé a teclear en la barra de búsqueda algo como: “muerte ringo paul beatles”, caí en cuenta de que todo era un sueño. ¡Qué cara de pendejo puse! Mi nivel de conciencia llegó a un punto razonable y adecuado. Es que después de beber como lo hice la noche anterior, como mínimo me sentía aturdido. ¡Todavía nos quedan un par de beatles!
Abrí el Itunes y puse a sonar a todo volumen Lucy in the sky with diamonds. Fui a tomarme un Benadón. Me sentía feliz. Y así canté.



Recomendaciones de hoy:
El blog: Los cuatro - El sitio: Página oficial de los Beatles - La peli: A Hard Day's night, dirigida por Richard Lester - El trago: Beatles cocktail (es el #23) - La ñapa: Letras de las canciones de los Beatles
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Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50' W

1 comentario:

Anónimo dijo...

El mundo es feliz cuando suenan los Beatles.
Es en serio. Pasan sólo con pocas cosas, la atmósfera cambia cuando suena en un coche.

Personalmente me encanta la peli El Submarino Amarillo. Creo que todos los colores existentes (o los mínimamente necesarios para ser felices) están allí.