6.3.09

Déjà vu

No eran muchas la cosas que podía recordar en estos años, Él, como otros tantos, carecía de la más primitiva posibilidad, no podía hacer memoria y la habilidad de nacimiento se convirtió en un bien ajeno que se le hizo esquivo, cada vez más, con el paso del tiempo, pocas cosas podía guardar, sus recuerdos se limitaban a un montón de fotos colgadas en alguna parte, instantes que deseaba recordar pero que ni a la fuerza lograba traer nuevamente. Es que acaso no tienes idea de lo que hablo. Pues, no, no recuerdo, pensaba todas la veces, tal vez por eso disfrutaba escuchar una y otra vez los cuentos de siempre, las historias de una playa y la lluvia, el olor de la noche a su lado, de las maravillas al otro lado de la mesa, y así comenzaban los tormentos, todos los posibles, los que tenían que ver con el latente riesgo de olvidar de buenas a primeras lo que para cualquiera podría ser algo ínfimo, pero cuando no se puede evocar tampoco se puede vivir, o se vive a medias, hasta donde llegan los recuerdos, ahí mismo, cerca, y la vida se va convirtiendo en una cadena de especulaciones, en la negación de la certeza, las cosas pasan como las imaginabas y no como decían los demás, el mundo impreciso de sus fantasías, de Él, de su mundo, se convertía de a poco en su realidad, incomprensible para todos, pero viva en la esperanza de aferrar cada episodio que, por conveniente que pareciera, se iba amoldando a sus necesidades, entonces, el frío dejaba de ser para convertirse en dicha y los detalles más pequeños en entes impalpables, no habían puntos, nada que pudiera detener la marcha que ahora era letra viva, y una noche ella preguntó si recordaba y Él no mintió, sí, sí recuerdo, y rápidamente lo anotó como pudo, sorteando, una vez más, la incómoda interrogante que ahora, al leerla, podría recordar para siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A lo Saramago...sin comillas, ni signos de puntuación innecesarios. Mis respetos

Paula Russa* dijo...

Confieso que me llamó la atención por el título, porque hace unas semanas yo publiqué una entrada que se llama igual.
Luego de las dos primeras líneas ya me había atrapado. Me gustó. Me gustó muchísimo.