6.2.07

Crónicas de un mochilero (XVIII)


Bonjour, mon amour

A Cindy
Sofía me levantó muy temprano. Ya le tocaba regresar a Portugal. La despedida se prolongó bastante, tanto que me costaría asegurar que pudo tomar el avión a tiempo. El último beso fue en el metro; ella debía seguir hasta el aeropuerto y yo rumbo al noreste de París, donde estaba mi hostal.

En el trayecto hasta mi destino sólo imaginaba la cama del albergue juvenil. En mi ensoñación se veía mucho más cómoda y acogedora de lo que era. Estaba agotado y sentía que debía dormir un par de horas. Pasé el umbral de entrada del hostal, casi como zombie. Llegué hasta el cafetín a tomar algo de agua. En la mesa del fondo, hacia la derecha del salón, estaba sentada Gabriela, la mexicana. Hicimos contacto visual. Click. Recordé que había quedado con ella el día anterior. También recordé que la planté. Que no llegué a la cita para cenar en la Torre Eiffel. Me hizo una seña y me dirigí hasta su mesa caminando en medio de un laberinto de sillas mal colocadas, dispuestas así, como si alguien se hubiera dedicado por horas a hacer ese trayecto de pocos pasos en algo interminable.

Sabía que estaría molesta. Sabía que el embarque no había sido un buen detalle. Cuando llegué hasta allá estaba preparado para todo, menos para ella, para Gabriela. “Bonjour, mon amour”, me dijo en un tono que no olvido por su delicadeza. “Hola, Gaby. Buenos días”. Gabriela estaba dispuesta a oír mis excusas y yo a dárselas. Ella lo entendería sin molestarse. Gabriela no es una más del montón. Nos pondríamos al día. Le conté todo lo que había pasado y cómo había pasado, mientras tomábamos un amargo chocolate de hostal. Y yo evocaba con emoción mi pequeña aventura parisina, y ella me escuchaba con atención, le di los detalles, y llegó él y le dio un beso muy francés sin que ella lo esperara; ni hablar de mi sorpresa. “Él es Emilio”, me dijo entre risas placenteras, muy de Gabriela. Gabriela no es una más del montón. Gabriela tampoco es tonta. Algo me decía que el embarcado, en primer lugar, había sido yo.

Ubicación al escribir esta entrada:
Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50'W

5 comentarios:

Quetecotopereque dijo...

Lo sabía!!!!!!
ja!

Anónimo dijo...

Dios! hasta que al fin te dignas en publicar...La embarcada no era ni Gabriela la mexicana, ni tú...era yoooo! Pero bueno, al menos publicaste dos al mismo tiempo. Buen regalo para el día de hoy. Ya no despotricaré de ti en el blog. Estoy reconsiderando quererte de nuevo.

Anónimo dijo...

cuan del carajo sería, para el rating de esta noela que ese emilio, no fuese otro que emilio aragón!

el smoking con allstars blancos patea traseros!

Anónimo dijo...

seehhh!!!
resultó que todas las mujeres sí somos iguales... ;)

Marcos Mendoza Saavedra dijo...

Bro, y si Emilio se mudó al piso 10??