9.3.06

Litio en las rocas


Un día —elija uno al azar— me levanté con una resaca de pronósticos. El dolor de cabeza, la acidez estomacal y el frío en los huesos hacían comparsa en mi cuerpo. Dicen que el whisky no da ratón ¡Mentira! La noche anterior bebí poco más de litro y medio de buen escocés. Eso sí, no pagué nada por él. Un buen amigo me invitó a beber. No lo pensé por más de un segundo. Acepté incondicionalmente.

Esa noche, mientras campaneba mi quinto trago, me puse a contemplar el vaso. Era de vidrio, mas bien corto y con la base gruesa. Creo que no estaba muy limpio, pero eso no me incomodó en el momento. Repito, era mi quinto trago. El vaso estaba arropado por lo que en algún momento fue una servilleta. Ahora parecía bagazo de papel. Húmedo. Adherido a las paredes de vidrio. La composición de ese trago era: 2/3 de hielo, 1/3 de whisky. Es una medida exacta, perfecta para mi. Algunas personas lo llaman on the rocks. Yo le decía a la bartender : “dame un poco de vida”.

Mientras contemplaba mi whisky, me detuve a ver un trozo de hielo que flotaba de lo más tranquilo y con aires pretensiosos.
No chocaba con ninguno de los otros pedazos de hielo en el vaso. Cerré un poco los ojos para enfocar la mirada y así detallarlo un poco mejor. Inmediatamente me sorprendí ¡El rostro de Courtney Love estaba esculpido en mi hielo! El pulso me comenzó a fallar. No quería seguir campanenado, pero mi mano agitaba mi bebida sin que pudiera controlarlo. No era el único nervioso. Mi trago empezó a sudar. Nunca detecté sus poros, pero del vaso brotaban miles de gotas. Alguien tenía que hacer algo. Courtney nadaba en mi whisky. Conté hasta tres. Uno, dos… me llevé el trago a la boca y lo bebí entero, de un solo golpe. ¡Qué amargo sabía!

Puse el vaso en la barra del bar. La bartender sintió el choque del vidrio con la madera. Inmediatamente se acercó a mi.

— ¿Quieres un poco más de vida? — me preguntó— Sí, pero no me pongas más hielo. Lo quiero puro.

Ella, acostumbrada a ese tipo de peticiones, aceptó una y otra vez. Poco a poco, vi como mi hielo/courtney iba desapareciendo. De pronto, mi whisky dejó de ser amargo y tenía sabor a gloria. Mi noche estaba completa. Bebí whisky gratis y le gané la partida a la señora Cobain.

Recomendaciones de hoy:

El blog: Buscando la perfección líquida - El sitio: Nirvana: oliendo a espíritu adolescente - La peli (esta vez es un corto): La ruta natural, dirigida por Alex Pastor - El trago: Lithium cocktail - La ñapa: 2006: centenario de la muerte de Cezanne

Ubicación al escribir esta entrada:
Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50' W

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escucha Lhasa de Sela... Buena música y hasta puede ir con el texto