1.2.07

Érase una vez


Esta es una historia de las que se escriben mientras duermes. De esas que no tienen un final cierto, aunque así parezca. Cuando los protagonistas aun no están definidos, porque son el mejor de los secretos que nadie nunca guardó. Es un historia imaginaria que no está basada en la verdad. Que no tiene clímax, aun. Que espera por poder llegar. Comienza en una ciudad de luces que, sólo a veces, representa oscuridad. De esas historias que son cursis ¡Qué se le va a hacer! No es mi culpa, ni de quien escribe, porque él es sólo un espectador más. De esos que ven y dicen. De los que no aguantan callar. Esta es un historia sin capítulos, porque apenas comienza. De las que dan miedo, porque no se sabe como terminarán. De esas historias frágiles que cualquier cosa puede cambiar. De las que vibran si respiras y si no las lees no serán. Esta es la historia tuya, aunque no sepas que es así. Tal vez ni imagines de qué va todo esto, pues pistas no habrán. Sólo se construye con atrevimiento. De esas historias que escuchas en un barra de bar, si alguna vez estuviste ahí. De las que imaginan sueños que no pretenden serlo. De las que aburren si se está cuerdo. De las que necesito para escribir. De esas que te hacen sudar sin parar. De las que atrapan cuando no estás consiente. Esta es una de esas historias. Buena o mala, no lo sé. Es sólo una historia. No puedes pretender más de ella. Tan joven, que es la pobre. Tan tuya también. Es un cuento de madrugada que teme al amanecer, porque el sol todo lo descubre. De esas historias que se refieren a ti, pero aun no lo sabes. Pero lo sospechas, porque toda historia deja indicios. Y te preguntas si eres tú. Sí, eres tú. La protagonista de una historia que se atreve a comenzar. Es un pacto rebelde, de los que cada vez emocionan más. Una historia magnífica, pues. De las que no defraudan. De las que hay que vivir de una buena vez. De esas que esperan por la primera línea para ser. No hay nada que argumentar. Sólo escribirla. Hacerlo sin nada que reprochar. Una historia cruel si no se hace. Una en las que no hay mucho que pensar. Es la historia que nos pertenece y que tanto me hace desear. Está hecha de retazos, un collage incierto. Es esta la historia que se escribe mientras duermes.

Ubicación al escribir esta entrada:
Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50'W

5 comentarios:

Marcos Mendoza Saavedra dijo...

Es bueno escribir mientras duermes. Incluso, dormir es un despertar a un estado etéreo donde todo lo real se convierte en fantasía, y lo inverosímil se transforma en materia táctil. Es el instante perfecto para deslizarse por el teclado y contar nuestros sueños diurnos.

Hoy desperté con ganas de leer un buen texto... Gracias por cumplir el deseo.

Anónimo dijo...

Hoy es uno de esos días en que no sabes qué hacer para desconectarte un rato y descansar de la rutina y el trabajo; un día en el que has probado varias opciones y ninguna ha funcionado. Y éste ha sido el escape inesperado que pocas veces uno encuentra...
Me encantó!
Un besote!!!
Paty

Quetecotopereque dijo...

Mientras duermo escribo historias que vivo como si estuviese despierta....Y aún mejor. Durmiendo no hay límites...

Gracias!

Una de las quetecotoperequeras

Anónimo dijo...

bro, vèndele esa definiciòn a la real academia de la lengua... el concepto de vida que sale en el diccionario es como que parco y pacato.

la envidia (de la buena y no dañina) es cortesìa de la casa

Unknown dijo...

Esta historia me encantó.