18.2.06

Ti voglio molto


Realmente me gusta mucho mi profesora de italiano. Sí, sé que suena a cliché. También sé que con esa frase inicial se describe a cualquier personaje de alguna teleserie juvenil venezolana. Sé también que no tiene mucho sentido hablar de eso, pero igual ella me gusta mucho.
Ojo: me gusta por imposible, por estar casada y con hija, por sus lentes, por ser políglota, por dulce, por ser responsable, por linda.
Repito, me gusta por imposible.

Siempre que me pongo a pensar en esa terrible manía que tengo de estar atraido por lo difícil, por lo cuesta arriba, me doy cuenta del grado de tontería que me invade. ¿No es más fácil tener interés por algo mucho más cercano, más tangible?
Ahora, sé que ella no tiene idea de nada. Y así debe ser. Ella debe permanecer lejos. No nos podemos relacionar más a fondo. De esa manera siempre será perfecta. No sea cosa de que al conocerla en profundidad se transforme en una mujer insoportable, fastidiosa, manipuladora e indeseable. Así, como le pasó a mi antiguo amor platónico, mi ex profesora de Redacción. ¿No es así, cariño?

Recomendaciones de hoy:

El blog: Il blog italiano in Iraq - El sitio: Para estudiar en Italia - La peli: Il buono, il brutto, il cattivo, dirigida por Sergio Leone - El trago: Limoncello - La ñapa: Monica Bellucci

Ubicación al escribir esta entrada:
Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50' W

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo sabía. No era un secreto. Muchas veces me he preguntado en que nos parecemos, por qué ese empeño del destino (supongo que existe, lo que no he determinado aún es quién demonios lo escribe), ese empeño en juntarnos y qué manera de juntarnos, son casi cuato años de vida universitaria y más recientemente un montón de proyectos juntos, realizables o irrealizables... y vuelvo y me pregunto por qué, por qué juntos en tantas cosas --incluso, a veces, hasta desahogamos nuestras penas en el alcohol, sin saber yo tus penas, sin saber tú mis penas--juntos, siempre, de alguna manera juntos.
La verdad, a mi también me gusta lo imposible, son como retos grandísimos que nunca logro pero con los que es sabroso fantasear y lo confieso, siempre me he enamorado de mis profesores, nunca me atrevo a conocerlos más porque me invade ese terrible miedo de descubrir lo peor: es sólo un hombre, uno más... Me gusta mi profesor de letras (y espero que no lea esto)...me gusta por interesante, por cincuentón, porque tiene una hija de mi edad, porque escribe (y me encanta lo que escribe) y porque cuando da clases me mira con esos ojazos hermosos, pero sobre todo me gusta porque cuando sea grande, quiero ser como él... y tener un hombre como él.
¿Será que en eso nos parecemos?
en definitiva también me gusta encontrarte enalgunlugardecaracas, este lugar maravilloso.
Gracias.-
Naya

Anónimo dijo...

Echa tu cuento, Naya, que a ti quien te gusta es Juan carlos Ruiz... jeje