Mercedes se está bañando en las orillas del río
Mis ojos la están mirando pero es de un amigo mío
Yo no quisiera mirarla pero no tengo la culpa
Se parece una esmeralda con flores de chupa chupa
Que yo le avise a mi amigo muy difícil me resulta
Mercedes — Simón Diaz
Mis ojos la están mirando pero es de un amigo mío
Yo no quisiera mirarla pero no tengo la culpa
Se parece una esmeralda con flores de chupa chupa
Que yo le avise a mi amigo muy difícil me resulta
Mercedes — Simón Diaz
La complejidad de las relaciones humanas es asombrosa. Imagina lo difícil que es de por sí entablar una buena relación con un semejante desde el mismo momento en que lo conoces, cuando se dan ese rutinario apretón de manos o aquel desabrido beso en la mejilla. Luego, debes traspasar las barreras previas que suponen los estereotipos. “Es un negro buena gente”. Y todo comienza ahí.
La meta, sin proponerla como tal, no es otra que la de hacer un amigo. Alguien que te conoce bien y al que tú conoces mejor. Todo lo que eso implica. Las horas invertidas. Los momentos agradables/desagradables que hay que atravesar. Lo difícil que es lograr un verdadero amigo. Porque para que alguien goce de tu amistad real, has tenido que dejar a otras personas en el camino. Simplemente, no cumplen con tus expectativas. No tienen el perfil que requieres. Así que los catalogas. Pasan a ser conocidos, panas, compañeros, camaradas, pero nunca amigos. Algo les falta.
Todo, porque se piensa en una amistad como una buena mano, un full en el póker. Cuando tienes un full, no piensas en más nada. Estás seguro. Vas a por todo, y vociferas tu all in a cualquiera en la mesa. Se te olvida que, por poco probable que parezca, alguien más puede tener un póker de ases gracias a las cartas comunes que están en la mesa. Cartas comunes que pueden tomar forma de mujer, dinero, política, celos, familia, traición, cualquier cosa.
Y llega el momento de la verdad. Todo el asunto de la amistad pasa por un examen sorpresa, y tú, por supuesto, no te enteras nunca. Tu amigo tampoco. Es que en esto de las relaciones humanas nada está escrito y cualquier cosa puede suceder. Es la vida misma.
Se presenta el dilema y se toman las decisiones, que a su vez provocan reacciones que sólo conducen inevitablemente a dos caminos. El primero es corto y no los lleva más allá. Se acabó. El otro, tan largo como una vida entera.
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Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50'
Contacto: elchamodel114
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