7.5.06

Crónicas de un mochilero (IV)


Escala

¡Qué vaina más grande! El aeropuerto Charles De Gaulle de París es inmenso. Es uno de los dos con que cuenta esta ciudad —el otro es el Orly—. Nuestro vuelo llegó al terminal 2C. Disponía de treinta minutos para llegar hasta el terminal 2F donde saldría el vuelo que me conectaría con Barcelona. Pensé que nos montarían en algún bus para acercarnos. ¡Ja! Me tocó descifrar por dónde era el camino. Estaba realmente perdido. Habían un montón de letreros por todas partes. dèpart / sortie/ arrivè/ bienvenue/ boutique/ accès. Yo veía todo en chino —o en francés, que viene a ser lo mismo—.

Después de preguntar a varias personas y dar vueltas en círculo descifré el enigma. El terminal 2 estaba dividido en cinco grandes salones, cada uno de ellos corresponde a un subterminal. Este es el más moderno de los tres que conforman todo el aeropuerto. La arquitectura del lugar es increible, no existen paredes. La estructura impacta. El piso es blanco y brillante, en algunas partes el techo es a dos aguas y está compuesto por miles de cristales que permiten iluminación natural. Vidrio y acero es la combinación utilizada por los arquitectos de este lugar de pasillos enormes. Una vez en el 2F, me encontré con un caraqueño que tomaría el mismo vuelo que yo. Él haría escala unos días en Barcelona para irse luego a Italia donde lo esperaba su novia. Nosotros éramos apenas dos de los más de cuarenta venezolanos que teníamos a la “Ciudad Condal” como destino esa mañana.

Una vez dentro del avión fui atendido por la aeromoza más linda que jamás había visto. Su nombre es Elena. De padre español y madre francesa esta chica era un espectáculo. Es de esas mujeres bellas, dulces y, además, trabajadoras con las que nunca paro de soñar. No me atrevo a describirla físicamente por temor a quedar corto. El De Gaulle había dejado de ser impactante. En ese momento sabía que nunca más la volvería a ver —como a tantas personas durante el viaje—. Ella también sabía que yo estaba embobado con su presencia, pero seguro estaba acostumbrada a enamorar a cuanto pasajero atendía cubriendo esa ruta tres veces por día. Lo nuestro no podía ser. Primero, porque ella nunca se lo planteó — Bueno, en mi imaginación sí lo hizo—. Segundo, porque yo no tenía tanto dinero como para tomar ese vuelo un par de veces más, en plan de acosador, y así conversar un poco con ella de nuestro futuro. Tercero, el último pasajero que abordó el avión se sentaría a mi lado y la espantaría de inmediato. Elena tenía la experiencia suficiente como para saber qué tipo de pasajero era él.

Este muchacho era el típico mochilero norteamericano con sobrepeso de 21 años que viajaba a Europa para drogarse mucho y luego quejarse de lo terrible que era todo fuera de su país ¡Qué tipo tan atorrante! Pero yo me lo merecía. Mi error fue comenzar a hablar con él en inglés. “Me hará bien practicar el inglés. Además, debo hacer amistades” ¡Idiota! Una vez que se activó su incontinencia verbal nada podía detener a este partner. En un momento llegué a pensar que lo mejor sería encerrarme en el baño del avión hasta que llegáramos a tierra firme o pedirle a Elena que me cambiara de asiento, pero me dije: “Este vuelo es corto. En media hora habremos llegado”. Así las cosas, después de escuchar las toneladas de reclamos que hacía el gringo aterrizamos en El Prat y de Elena no supe más.

Recomendaciones de hoy:
El blog: QTPD - El sitio: De Gaulle - La peli: The rules of atracttion, dirigida por Roger Avary - El trago: Air France - La Ñapa: La paradoja del Coco Basile

Ubicación al escribir esta entrada:
Latitud 10° 30' N, Longitud 66° 50' W
Contacto: elchamodel114

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hi, mister amigo. i'm fat mochilian boy, as you nicknamed me lol. i miss elena too, she was so hot i jerked off in the bañou threee times in that flight. i used the bag they give you to throuw up lmao. i'm very cool gringo loco eh? hahahahaha.

very bien your cuento de todo. i love mexican literature. anyway, see ya when i see ya lol. i'll try to say some words in spanish as a goodbye:

muchas gracias, io tengo a gato en mis pantalonas. chingado de la casa grande bueno tu siendo.

peace out

Anónimo dijo...

"io tengo a gato en mis pantalonas" Frase celebre de Martin Lawrence en Blue Streak...

ajajajajaa